Reflexiones sobre el Bombardeo de los Torres Gemelas y del Pent. Los ataques terroristas constituyeron atrocidades de gran escala. Medios de todo el planeta, . El mismo Fischer que hab. A horas del fallo que pondr Partes anteriores: Primera, segunda, tercera, cuarta, quinta El campeonato mundial de ajedrez de 1972 fue el acontecimiento deportivo m. Un libro explica que la ejecuci El mundo entero contempla con pasmo —y con desagrado— su actitud aparentemente fr. Va a comenzar el acontecimiento deportivo del siglo y uno de los dos protagonistas no ha hecho acto de presencia. El aspirante que no estaba all. Pero el aspirante no est. Y me temo que su conducta est. Predominan las caras largas, las expresiones de perplejidad y muy especialmente las muestras de fastidio cuando no de abierto enfado. A pocas horas del comienzo oficial de la final, contin. Dentro del mundillo es bien sabido que a Spassky le cae bien Fischer, pero esa simpat. Por su parte, el primer ministro de Islandia se muestra todav. El dirigente advierte de que esa conducta podr. La prensa internacional se muestra tambi. Ni siquiera los periodistas estadounidenses son demasiado ben. En Washington contemplan casi con verg? En amarillo, los que proceden de Rusia o territorios que han pertenecido a la URSS. En amarillo, los que proceden de Rusia o de territorios que han pertenecido a la URSS. En 1. EE. Ambas superpotencias se encontraban abiertamente enemistadas desde 1. Por otro lado, la pol. Otro campo de enfrentamiento propagand. El mundo necesitaba una catarsis, un enfrentamiento definitivo que sirviera para declarar aunque fuese de manera puramente simb. Pero por entonces no exist. El baloncesto era un invento americano y los EE. Algo muy similar suced. Y segundo, porque el dominio sovi. Desde 1. 94. 8, todos los campeones mundiales y todos los aspirantes sin excepci. Ni un solo jugador occidental o de otra procedencia hab. De hecho, la propaganda sovi. Ciertamente, en la URSS los ajedrecistas eran aut. Su entrenamiento, muy heterodoxo y alejado de la preparaci. Pero en la URSS siempre hab. Pero el Bobby de 1. Al principio los ajedrecistas rusos lo hab. Desde ese momento la prensa de Mosc. Las posibilidades de victoria para el estadounidense no eran desde. Cierto era que nunca hab. Nadie puede garantizar una victoria en el deporte». Spassky afirmaba que se encontraba en condiciones de defender el t. Sin embargo, eso no le bastaba al Partido. Pero resultaba imposible firmar un seguro anti- Fischer y eso pon. Hasta entonces el ajedrez hab. Era el hombre que iba a derrotar a los rusos. Nada menos. Sea como fuere, aquel Bobby afable se parec. Varias cosas se traslucen en la entrevista, especialmente interpretadas a la luz de lo que conocemos de su biograf. Por ejemplo, cuando Cavett le pregunta si se gana dinero con el ajedrez, Fischer responde «podr. Lo que no cuenta, aunque hoy lo sabemos, es que luchaba contra viento y marea —frecuentemente en detrimento de su propia imagen personal— por obtener condiciones econ. No en vano incluso el campe. Cuando Cavett le dice que la gente espera ver a un ajedrecista bajito con gafas y se sorprende al encontrar a un tipo con espalda de nadador y hechuras de atleta, Fischer defiende la importancia de mantenerse en buena forma f. El carisma es algo que no se puede fabricar, y la prensa encontr. Naturalmente, la prensa occidental y el Gobierno de los EE. El juego de los escaques —cuyas virtudes hab. Ajedrez y URSS eran casi sin. Fischer, con su afici. Alto, imponente, intrigante. De repente se esfuma cuando las democracias capitalistas lo est. Para los estadounidenses el campeonato es una cuesti. Pero para Bobby parece limitarse a lo de siempre: dinero. Nadie puede entender que vaya a dejar pasar esta oportunidad de proclamarse campe. De no acudir a Islandia, piensan muchos, estar. Nadie se atreve a asegurar que habr. Ahora ve y juega». Horas de tensi. A su llegada, en el aeropuerto, lo aguardaba una excitad. Pero Bobby estaba ya sumido en un extremo estado de concentraci. Su tumultuosa aparici. Spassky, aun siendo el campe. Bobby, el aspirante, era la gran estrella. Dec. No solamente era cuesti. Dicho de otro modo: Spassky estaba harto. El obsesivo mensaje del Kremlin era siempre el mismo: hay que ganar a Fischer, hay que ganar a Fischer. Un buen ejemplo de su actitud previa al evento: se le busc. Por ello, el juego «posicional activo» de Karpov lo convert. Un asombrado Karpov comunic. Nadie pudo hacer que Spassky cambiase de opini. Como de momento era el campe. Tal vez Fischer, por su fogosa personalidad, estuviese acostumbrado a lidiar con tensiones, enfrentamientos y presiones externas en todo tipo de competiciones. Pero Spassky, un tipo tranquilo y extremadamente correcto para quien el ajedrez era un civilizado juego entre gente educada, dif. Tampoco le gustaba presentar la final como aquella disputa entre superpotencias en la que, a su pesar, se hab. Dos ajedrecistas que manten. El estado de nervios de ambos contrincantes era delicado y no es de extra. Rara vez, si es que alguna, han estado dos deportistas bajo semejante escrutinio por parte de todo el planeta. Lo quisieran o no, Bobby Fischer y Boris Spassky ten. Absurdo, pero cierto. Finalmente, tras muchas vicisitudes y habladur. El 1. 1 de julio de 1. Pero en el campeonato mundial las emociones negativas se imponen sobre las positivas porque quieres aniquilar a tu oponente. Un espectacular escenario para un evento espectacular. Ambos tienen una expresi. Fischer responde con la defensa Nimzo- India, una habitual de su repertorio. Fischer se apresura a simplificar el juego para llegar lo m. El ruso no se resiste a la simplificaci. La partida transcurre igualada y, cosa previsible en una primera toma de contacto, se encamina a un empate t. Son unas tablas de manual. Parece haberse llegado a un punto muerto y todo el mundo espera la firma del empate para que los contendientes se retiren a sus aposentos, donde se mentalizar. Mejor utilizar la primera partida para acostumbrarse al entorno y comprobar que el rival ha venido preparado. Lo propio en la batalla inaugural es mostrarse conservador y tratar ante todo de evitar cometer errores. Y entonces Fischer lo hace. Nunca nadie ha entendido qu. Pero inesperadamente sacrifica un alfil a cambio de dos peones, en una jugada inexplicable que parece m. Spassky, aun sin demostrarlo en su rostro generalmente hier. Los analistas no saben dilucidar si est. Los corresponsales hierven de excitaci. Aquello va a convertirse en una gran noticia, porque nadie hubiese imaginado semejante e innecesario golpe en mitad de un juego reposado. El presidente de la federaci. De hecho es un error, y un error demasiado grueso como para creer que a Fischer se le ha podido escapar por las buenas. Unos piensan que su intenci. Otros creen que se negaba a firmar unas tablas que parec. Y otros, como Kasparov en su famoso an. En fin, nunca sabremos cu. Pronto las cosas parec. Finalmente tuvo que rendirse. Fischer se levanta, estrecha r. Otros muchos pensaban que Fischer segu. En fin, todo especulaci! Bobby el Terrible acaba de descubrir que le molestan las c. Y la final, claro est! Bobby el Terrible acaba de descubrir que le molestan las c. Y la final, claro est. Durante aquella primera partida y mientras estaba sentado esperando la jugada de Spassky, Bobby se hab. Pues que al parecer le molestaba el ruido del motor de aquellas c. Una de tantas quejas que Fischer hac. Los organizadores se negaron, aludiendo que . Los islandeses volvieron a negarse. Y Fischer, como contestaci. Esta vez era la silla que Bobby deb. Spassky se vio obligado a esperar durante los 6. Los miembros de la delegaci. Y usted se pasa toda una larga hora sentado en solitario ante el tablero, o pase. La incertidumbre convirti. Con el Kremlin mirando, con la Casa Blanca mirando, con el planeta entero mirando. Sobre el papel y aun a falta de 2. El campeonato se le pon. Apenas sin esfuerzo contaba con una ventaja que bien podr. Y parece ser que estaba dispuesto a hacerlo. En la Casa Blanca est. La Casa Blanca no quiere que Fischer abandone. Cuentan que la llamada telef. Aunque el detalle casa poco con la actitud habitual de Bobby, as. Sea como fuere, el genio de Brooklyn decidi. Una medida excepcional que un jugador puede solicitar en caso de sentirse agobiado por el ambiente, pero que a todas luces parec. Si Spassky se marchaba, la FIDE dif. De un modo u otro, el abandono en se. Pero Boris Spassky no escuch. De acuerdo. Se mire por donde se mire: una mala decisi. Si bien la prensa occidental lo presentaba como el perfecto estereotipo de ajedrecista ruso y t. El Spassky de la vida real no pod. Era un individuo sensible y bienintencionado, cuya honradez llegaba a extremos contraproducentes para . En aquel mismo momento, antes de la tercera partida, podr. Abandonando Islandia, el campe. En aquel instante, incluso los medios estadounidenses estaban hartos de Fischer y hubiesen entendido que Spassky dijese «ah. Era una buena propuesta, pero tampoco hubo manera de convencerlo.
Incluso los medios estadounidenses ten. Aquella partida fue un punto negro en la final: aunque Fischer hab. Tal y como los expedicionarios sovi. Los rusos empezaron a acusar al genio de Brooklyn de haberse embarcado en una guerra psicol. Era bien sabido en el mundillo que Spassky no pose. Pero a Spassky nunca le hab. Ya antes de la partida hab. Dijo que cuando surgiesen variantes nuevas «ya encontrar. Sin duda, aparte de su agitaci. Le hubiese bastado con estudiar a fondo la estrategia para doblegar al estadounidense. Y una vez sobre el tablero, no hall. Incluso partiendo con ventaja gracias al an. Tuvo que contentarse con firmar un empate en una partida que a priori considerada ganada. Spassky se dio cuenta de que hab. Resultaba muy evidente que el campe. Fischer acababa de igualar el marcador a 2’5 puntos, pero todav. Mucha gente estaba molesta por su conducta y no pocos, incluso en Occidente, empezaban a sentirse mal por Spassky, quien a todas luces ten. Poca cosa para el hombre que durante 1. Aunque tuviese ya un empate en el marcador y hubiese anulado la ventaja inicial de Spassky, el prodigio estadounidense hab.
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January 2017
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